Ven a mi mundo

 

Grandes Personajes

 

 

Fidel Castro Ruz

 

Federico Ortíz-Moreno *

 

 

Estadista y revolucionario, personaje siempre actual en la vida de los cubanos y el

pensamiento de los latinoamericanos. Idealista o dictador, presidente o conspirador,

hombre de historia que vive y sigue dejando huella. Él es Fidel Castro Ruz.

 

 

 

 

Los personajes vivos

 

Raro es y raro será en estas páginas encontrar algún artículo sobre alguna persona que viva todavía y que se le considere importante. No sé cuántas pudiera citar, pero lo que sí les digo es que éstas serán muy pocas. Es obvio que casi siempre se recuerda a las personas cuando éstas ya se han ido.

 

Recordar es traer a la memoria sucesos o acontecimientos pasados -la mayoría de ellos remotos, en el caso de los “Grandes Personajes”- que de algún modo han marcado cierto hito en la historia. Sin embargo, conviene aclarar, que muchas veces la historia la escriben los vencedores y que lo que hoy sabemos tal vez no sea del todo cierto. El tiempo obscurece las cosas: se distorsionan fechas, lugares, cambian los hechos; lo que es verde, ahora es blanco; lo que era alto, ahora es bajo; en fin, la historia está revuelta y el que escribe (no importa quien lo haga), siempre tendrá sus tendencias.

 

 

Hoy

 

Hoy nos toca traer a la silla a uno de los vivos; tan “vivo” que aún está en el poder. Bueno o malo, él continúa, permanece inmutable, aunque claro está, los años no corren en balde. Idealista revolucionario, todo un forjador de una historia, Fidel Castro ha sido para los cubanos, para el pueblo latino, así como para los americanos, una figura de gran peso en este nuestro agitado mundo.

 

 

Los sueños de Fidel

 

Son muchas las páginas que se pudieran escribir acerca de la vida de Castro. Un hombre con gesto audaz, tal vez romántico, que en 1956 se sacudía con una empresa que se antojaba locura, y que en ese sueño, para él aún no desvanecido, intentaba dar libertad a su pueblo. Un hombre que sienta y marca hitos trascendentales en la historia del continente americano y aún del mundo: la caída de Fulgencio Batista, la ruptura de relaciones con los Estados Unidos, y la proclamación, el 1 de mayo de 1961, de la primera República Socialista en América.

 

 

La historia de Castro

 

No se trata aquí de ensalzar la vida de Castro; tampoco hablar mal de él, apabullarlo o desprestigiarlo. Cada quien podrá tener su muy particular modo de pensar y esto a mi me tiene muy sin cuidado. Lo que se trata de contar aquí es la importancia (buena o mala) que para la historia ha tenido la revolución de Fidel Castro: sus consecuencias internas y externas, y la ebullición de su postura a un primer plano internacional y/o de la actualidad mundial.

 

Es un hecho indiscutible que la historia muestra sus congruencias e incongruencias, hay puntos débiles como los hay fuertes. Las personalidades se van desarrollando y cada quien va formando su propia historia, su propia línea y su propio peso. Fidel Castro ha entrado a la posteridad, al considerársele ya como una gran figura, un individuo con una personalidad muy propia, alguien de cuño propio, una personalidad tan ensalzada y combatida como todas las grandes figuras. Héroe o villano, dictador o benemérito, Fidel Castro se establece y permanece como un gran personaje.

 

 

Fidel: nacimiento y familia

 

Todos hablan del dictador, del barbudo, del revolucionario, pero pocos se acercan a los primeros años de vida de este personaje. Fidel nació el 13 de agosto de 1927 en la finca “Manacas”, propiedad de su padre, en Mayarí, provincia de Oriente, en Cuba. Hijo de Ángel Castro Argil -español que murió estando Castro en su exilio mexicano- y de Lina Ruz González, una esforzada mujer que afrontó valientemente las penalidades derivadas de la actividad revolucionaria de sus hijos, Fidel y Raúl.

 

Castro nace cuando impera en Cuba la dictadura de Gerardo Machado y alcanza su definición mejor tan sólo treinta años después, en la lucha implacable y tenaz contra otra dictadura, la de Fulgencio Batista. Fidel empezaba a prepararse, en unos años más estaría ya en la escuela. Allí aprendería y conocería mucho de la vida.

 

 

La niñez de Castro

 

Pudiera decirse que sus primeros años de vida, el líder revolucionario tuviera una niñez feliz. Su padre, colono y comerciante en maderas, poseía los suficientes recursos económicos para proporcionar a los suyos una buena educación y una vida más o menos cómoda a que pudiera aspirar un muchacho de la clase media. Aprendió las primeras letras en la escuela pública de la región de Birán, lo que le puso en contacto, desde la infancia, con los hijos de los campesinos pobres. De ahí arranca sin duda su condición de "revolucionario por vocación".

 

 

Su idea revolucionaria y de servicio

 

Se dice que Fidel tenía una vocación revolucionaria y de servicio. Quería ayudar a la gente, no soportaba la injusticia, algo que veía todos los días en carne propia. “Es que no puedo soportar la injusticia”, habría de decirle en cierta ocasión al escritor francés Jean Paul Sartre cuando éste le pidió una explicación al respecto. Su clara inteligencia y su sed de saber -Castro habrá de ser un hombre de inquietudes multifacéticas- pronto desbordan los límites del aula rural y toman asiento poco después en el Colegio La Salle de la capital de su provincia, Santiago de Cuba. Fidel es un hombre estudioso, se interesa por las cosas, busca saber y conocer. Trata de encontrar lo suyo y finalmente lo logra. Primeramente concluye sus estudios primarios en el Colegio Dolores, donde, a través de los jesuitas, entra en contacto con el que habrá de ser más tarde uno de sus frentes de batalla: la Iglesia.

 

 

Fidel y sus estudios

 

Fidel ya no es un niño. Ha crecido y ya no le dirán "Fidelillo", como usualmente le llamaban sus compañeros de escuela en la primaria. Niño juguetón y retozón Fidel es ya un muchachito. A los catorce años ingresa en el Colegio de Belén, en La Habana, para continuar más tarde los estudios de bachillerato que terminase en 1945. Terminada la educación preparatoria, Fidel tiene que decidirse por una carrera. Su deseo es seguir estudiando. Habiendo salido con buenas calificaciones nuestro joven personaje salta entonces a continuación a la carrera que ha escogido, la abogacía, para lo cual se matricula en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

 

 

La situación en Cuba

 

La situación en Cuba no es muy halagadora, que digamos. Al frente del país está Ramón Grau San Martín, electo por el más esperanzado voto popular, pero cuyos actos de gobierno defraudan en ese entonces la esperanza del pueblo. La gente quiere progreso y no lo encuentra, la gente quiere libertad y no la tiene, la gente desea una mejor economía y ésta se va deteriorando cada día. Se van formando grupos, en la gente se ve más el descontento. Se forman ligas, se agrupan partidos. Mientras tanto, Castro comienza a sobresalir en los círculos universitarios por su capacidad política y por su repulsa a la mala administración de Grau San Martín y a los regímenes dictatoriales que en esa época florecen en Latinoamérica. Sus inquietudes políticas van en aumento; los principios ideológicos van moldeándose con las lecturas de José Martí.

 

Orador infatigable, de palabra tajante, directa y sencilla que enardece a las masas, Castro hace una de sus primeras apariciones importantes en la tribuna en la noche del 16 de julio de 1947, en la primera sesión de la Asamblea Constituyente Estudiantil. Denuncia valientemente las inmoralidades administrativas y políticas del régimen y sus secuelas en el seno de la Universidad. El hombre de acción empieza a manifestarse en la campaña revolucionaria fomentada en Cuba contra la tiranía del ya desaparecido Rafael Leónidas Trujillo. Entre los jóvenes cubanos que deciden integrar una fuerza expedicionaria antitrujillista, Fidel Castro se apunta en primera fila. Es así como Fidel ve en esto la primera oportunidad de hacer algo efectivo para librar a su pueblo de un dictador. Es entonces cuando se enrola en la expedición, cuyos miembros se entrenaban militarmente en Cayo Confites, islote arenoso próximo a las costas orientales de Cuba. Sin embargo, algo no había marchado, la expedición liberadora de Cayo Confites fracasa.

 

Muchos hombres son hechos prisioneros. Castro fue uno de los expedicionarios que la fuerza pública cubana no pudo capturar, pues, junto con tres compañeros, logra fugarse. Para ello (y es algo que pocos saben) tuvo que atravesar a nado la enorme bahía de Nipe, la mayor de Cuba, agitada siempre por fuertes marejadas y plagada de feroces tiburones. El regreso a clases Fidel era un hombre que no se dejaba vencer. Pasado el susto y ahora con un poco más de tranquilidad y sin que hubiera "tiburón a la vista", Fidel regresa a las aulas universitarias donde, además de sus estudios, continua su formación política como dirigente estudiantil.

 

El Gobierno de Grau San Martín acrecía su corrupción. El pueblo lo repudiaba con todas sus fuerzas. Los sectores honestos del país le hacían la más firme oposición. El estudiantado no queda rezagado en esta lucha, y así, en una velada que se celebra en la Universidad de la Habana, para conmemorar un aniversario de la muerte del líder estudiantil Rafael Trejo a manos de la policía machadista, los estudiantes hacen un análisis crudo y terminante del gobierno del doctor Ramón Grau San Martín, máxima figura del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico).

 

Fidel Castro toma parte en esta velada y más tarde es designado representante de los estudiantes universitarios cubanos al Congreso Estudiantil Latinoamericano que se celebraría en Bogotá. Fidel es ya todo un líder. De ahí que lo enviasen a Colombia, donde tiene la oportunidad de conocer otros líderes sudamericanos y centroamericanos.

 

En su viaje tiene la oportunidad, antes de llegar a Colombia, de visitar Panamá y Venezuela. En Colombia, instalado ya en el Hotel Claridge, de Bogotá, lo sorprende un hecho histórico de profundo interés latinoamericano: el asesinato del líder popular colombiano Jorge Eliecer Gaitán. Los motines populares que, en protesta por este crimen, asolaron la capital y que se conocen en la historia con el nombre de “bogotazo” son toda una noticia. El Congreso (al que iba a asistir) se suspende. Fidel tiene que regresar, no sin antes y que este hecho fuera, sin lugar a dudas, una gran experiencia política para él.

 

 

Su regreso a Cuba

 

A su regreso a Cuba encuentra al país preparándose para los comicios presidenciales de 1948. Es en este mismo año en que contrae nupcias con una compañera de las aulas universitarias, y es en este mismo año en que Fidel alcanza el doctorado en Derecho. Luego, en 1949 nacería su primer hijo. No pasa mucho tiempo en que Fidel empiece a ejercer su carrera. Es así como Fidel Castro decida abrir un bufete en La Habana, junto con dos compañeros. Su despacho llevaría el nombre de: Bufete Aspiazu, Castro y Resende. Quería ejercer, quería estar del lado de la justicia y la verdad. Sus actividades profesionales fueron no solamente varias o variadas, sino excelentes.

 

Fidel resultó ser un buen abogado. Y así como fue un abogado, sus preocupaciones políticas jamás se apartaron de él. La campaña electoral para las elecciones de noviembre de 1952 subía de calor al paso de los días. Fidel Castro había sido postulado para representante a la Cámara por su partido. Fidel era un hombre de batalla, su palabra se dejaba oír, acusadora y recia, en casi todos los actos públicos organizados por su partido. Tenía ya las elecciones ganadas (Cuando menos la gente eso se imaginaba). Sin embargo, a ocho meses de las elecciones, el 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista, confabulado con elementos militares reaccionarios y con antiguos amigos y camaradas suyos, que aún continuaban en el Ejército, la Policía y la Marina de Guerra, dio el golpe de Estado que hizo caer al Gobierno de Prío Socarrás.

 

 

El desacuerdo

 

Pero mucha gente no estaba de acuerdo. Desde los primeros momentos, los sectores democráticos del país iniciaron desesperados esfuerzos para aplastar en germen a la tiranía que se avecinaba. Batista abrogó la Constitución de 1940 y la sustituyó por unos Estatutos Constitucionales, en los cuales quedaban derogados los derechos ciudadanos, imprescindibles para la vida democrática de la nación.

 

 

Batista vs. Fidel

 

Iniciaba entonces el sonado pleito entre Fidel Castro y Fulgencio Batista. Se llevarían a cabo elecciones, en las cuales, obviamente el dictador Batista saldría triunfador. Las elecciones estaban señaladas para el primero de noviembre de 1954, serían elecciones generales, en las cuales Batista iría como candidato presidencial por los partidos que componían la coalición de gobierno (partidos tradicionales en Cuba, como el Conservador y el Liberal, verdaderas asociaciones bursátiles y de bolsa manejadas por hábiles comerciantes y traficantes en política). Pero antes de esta fecha, el 26 de julio de 1953, Fidel Castro, conjuntamente con un grupo de arriesgados combatientes, había asaltado el cuartel General Guillermo Moncada, sede de la Jefatura del Distrito Militar de la provincia de Oriente.

 

En esta acción bélica, que se llevó a cabo por la madrugada y en la que los atacantes sólo empuñaban armas de poco calibre, se le hicieron al Ejército de la tiranía cuantiosas bajas; pero los revolucionarios sufrieron numerosos muertos y tuvieron que retirarse. Casi todos cayeron presos poco después y muchos fueron asesinados luego de haber sido detenidos. Fidel Castro salvó la vida. Escapando milagrosamente fue más tarde juzgado y condenado a prisión. La pena asignada fue de 15 años, pero fue indultado con motivo de la elección de Batista para un segundo período o mandato.

 

 

Fidel en México

 

Fue a raíz de este perdón abandona su país se exila en México donde prepara el derrocamiento de Batista. Vive en la ciudad de México, a la vez que, en diferentes ocasiones viaja a la ciudad de Monterrey, yendo a pernoctar a colonias tan conocidas como son las Mitras y Vistahermosa.

 

Ya antes había estado en los Estados Unidos donde allegados a él, lo mismo que ciertos políticos interesados le ayudan económicamente para su próximo plan de liberar a Cuba. Datos un tanto olvidados, pero que es importante señalarlos para refrescar la memoria, sobre todo para saber a quién se presta y quiénes son los héroes.

 

 

El asalto a Cuba

 

Fidel está preparado y busca entonces liberar y devolver la libertad a su país. Inicia la expedición a bordo del “Granma”. La travesía se desarrolla sin contratiempos. Pronto desembarcaría en Cuba un 2 de diciembre de 1956. Luego, tras dirigir una lucha guerrillera en Sierra Maestra, Castro logra el triunfo. Batista huye a la República Dominicana y Fidel entra triunfante, cabeza en alto, a La Habana, el 8 de enero de 1959.

 

Vendría luego la segunda parte de la Revolución. Algunos estarían a favor de Castro, otros más en su contra. La historia muestra el cambio de Cuba. Algunas cosas mejorarían, otras francamente empeorarían. La libertad pudiera ser para muchos simplemente una palabra, algunos más desearían que esta palabra se convirtiera en una realidad. Habrá diferentes opiniones. Aquí, lo único que se quiso dar a conocer es la vida y la subida de Castro al poder. Lo demás será cosa que en la historia aún falta de escribirse.

 

 

La República de Cuba

 

Es el 1 de mayo de 1961 cuando Fidel Castro proclama ante su pueblo el nacimiento de la primera República Socialista de América. Un país que situado a tan sólo 150 kilómetros del coloso y poderoso país de los Estados Unidos, por la punta de Florida, y a unos cuantos pasos más de las costas de Yucatán y Quintana Roo, en México, la Isla de Cuba permanece inalterable al paso de los años.

 

El llamado héroe o dictador, el llamado salvador o redentor, el loco o tirano, vive aún para contar y ver su propia historia. Una historia que él solo sabrá si es verdad o es mentira, pero que vivirá todavía más para verla y saborearla. Mientras tanto, nosotros, los que vemos de lejos, siempre recordaremos su nombre: Fidel Castro.

 

Artículo aparecido en el periódico “El Porvenir” de Monterrey, México, el 17 de julio de 1989.

 

 

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