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Don Fulgencio *

 

 

 

Federico Ortíz Moreno

 

 

Para quien quiera reconocer a Don Fulgencio, es bastante sencillo. Se trata de un personaje alto, de un cuerpo enorme, muy tímido y bastante infantil, quien le justa jugar con los niños o hacer, al igual que ellos, alguna travesura.

La referencia que se tiene es que se cuenta que el 24 de abril de 1938 apareció por primera vez en las páginas del diario “La Prensa” la tira “Señor Fulgencio” (el hombre que no tuvo infancia) y mantuvo ese nombre hasta 1939. Se trataba de un señor, muy propio, muy correcto, todo un caballero, todo un “Don”, que iba a inmortalizar a este ser inefable, que en su interior era un niño que no tuvo infancia. Don Fulgencio.

 

El personaje se hizo tan popular que hasta apareció en afiches publicitarios en colores (recomendando la compra de productos), inundando las paredes de la ciudad. En vista de ello, el director de “La Prensa”, retiró el personaje de las páginas del diario. Pero Don Fulgencio no iba a permanecer mucho tiempo sin ponerse en contacto, otra vez, con sus lectores, ya que luego de varias ofertas, pasó a “La Razón”, con tanto éxito que, posteriormente, el personaje de Don Fulgencio fue llevado al teatro y también personificado en la radio.

Por la historieta de Don Fulgencio fueron desfilando poco a poco otros personajes secundarios. Los más recordados son sus sobrinos Tripudio, Sócrates y Liberata; su secretario Pitín; Radrágaz, Fernéndez, Rodolfo y Ursulu; sus novias Amapola y Agata, su fiel valet Toribio; el perro López, el loro Zaratrustra y la pequeña Ruth.

 

En Octubre de 1945 apareció la revista “Don Fulgencio”, donde, además del personaje del título, habían varios otros. Se publicaron 36 números. También se hizo una película (con Enrique Serrano). Vale señalar que desde 1978, y por un tiempo, “el hombre que no tuvo infancia” empezó a aparecer en la revista “Anteojito”.

El autor: Lino Palacio nació el 5 de noviembre de 1903, quien desde muy chico fue atraído por el dibujo, y, a los 16 años, Lino logró publicar su primer dibujo (en el diario “La Razón”). El trazo tan personal y el fino humor de Palacio lo hicieron indispensable en todo tipo de publicaciones, e incluso, durante su exitosa carrera, ganó 25 concursos de afiches. En 1984, la historia terminó tristemente al darse a conocer la noticia que Lino y su señora habían sido asesinados en un intento de robo.

 

 

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El hombre que no tuvo infancia...

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Don Fulgencio llevado al cine...

 

 

      

Fuente: Tomado de fuentes varias. 

 


 

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