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Las 77 cosas que las mujeres más detestan de los hombres *

 

 

 

 

 

Federico Ortíz Moreno, L.Ps.

 

 

Apuntes tomados de varios países...

 

 

Si la mujer fuera sólo lengua, la verdad no sé qué pasaría. La mujer nunca se queda callada, aunque a veces hablen demás, sean exageradas y que a final de cuentas no entiendan a los hombre porque su capacidad de entendimiento sea muy poca. Esto es lo que muchos hombres consideran pero... falta ver qué es lo que las mujeres piensan con respecto a los hombres y qué tan cierto creen los miembros del sexo masculino respecto a esto que piensan y dicen las mujeres. Por otra parte, no cabe duda, que hay que reconocer el avance de la mujer en muchos campos, pero también habrá que estar concientes que hay un mundo de diferencia en cómo piensa la mujer y cómo piensa un hombre. La perspectiva de ambos es totalmente distinta.

 

Y, ¿qué piensan algunos personajes famosos...? Pues la verdad dicen cosas muy interesantes. Desde filósofos, escritores, historiadores, estadistas, artistas, cantantes, todos tocan de algún modo, el tema de las mujeres.

 

 

Oscar Wilde

 

Digamos, Oscar Wilde decía que “Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame”. También mencionaba que “La fuerza de las mujeres depende de que la psicología no puede explicarla”. Así mismo apuntaba que “Los hombres pueden ser analizados; las mujeres sólo pueden ser amadas”. Del mismo modo, también destacaba que “Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas”, Finalmente,  el escritor irlandés, Oscar Wilde señalaba que “Si usted quiere saber lo que una mujer dice realmente, mírela, no la escuche.” 

 

 

Napoleón Bonaparte

 

Una de sus célebres frases fue: Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo”.

 

 

Sigmund Freud

 

Freud estudió, primero y principalmente, el desarrollo de la sexualidad infantil en el varón. Para él, el sexo “standard” era el masculino. Después atribuyó a la mujer el mismo desarrollo hasta el momento en que la niña se da cuenta por primera vez de la diferencia anatómica entre los sexos, reconocimiento que, según él, generalmente ocurre a los tres o cuatro años de edad. Freud dice que la niña reacciona siempre a este descubrimiento con un sentimiento inmediato de envidia, deseando tener ella misma un genital masculino, sintiéndose inferior y despreciando a su propio sexo. La interpretación que ella encuentra a su falta de pene es la de haber sufrido una mutilación genital. Este proceso psicológico sería independiente del ambiente social de la niña. Pasada la primera desilusión, la niña llega, sólo paulatinamente y a través de muchos conflictos, a reconciliarse con su propio sexo, pero generalmente subsiste durante toda su vida cierto resentimiento por su femineidad. Así es que -de acuerdo a la teoría freudiana- las mujeres siempre tendrán envidia de los hombres.


 

Lo que más detestan las mujeres de los hombres

 

 

01 a 10...

  • Abren el refri (heladera, en Argentina) y lo mantienen abierto por horas hasta que deciden qué van a comer o qué van a sacar de ahí.

  • Al irse a bañar,  dejan invariablemente toda la ropa que se sacan en el piso y en el baño, dejan pelos en el jabón. Dejan todo hecho un asco.

  • Al principio de la relación, te regalan flores, dulces, chicles, chocolates y hasta te dejan notas. Una vez que se establece el vínculo, apenas si te dan un beso por tu cumpleaños.

  • Andar en chanclas o con calcetines sucios, rotos y apestosos.

  • Cada vez que estás en el baño, ellos te apuran: “Ándale, apúrate que se hace tarde!”,  “¡Tardas mil horas en el baño!”.

  • Comen con la boca abierta y hablan mientras mastican.

  • Compran entusiasmadísimos cosas que ni vienen al caso y que no sirven para nada.

  • Critican a todas las mujeres que están manejando.

  • Cuando cocinan, si es que lo hacen, ensucian todo: ollas, sartenes, cuchillos, servilletas, secadores y demás utensilios de la cocina. Y nunca lavan los platos.

  • Cuando duermen la siesta quieren que todo el mundo se detenga, que nadie no haga ruido y que no vuele ni una mosca que los moleste.

11 a 20...

  • Cuando están sentados a la mesa, no se levantan para buscar algo que falte. Piden las cosas a todos los demás, como si fuera el amo de todos.

  • Cuando estás dormida, ellos prenden la luz, hacen mil ruidos, se tropiezan con todo hasta que te despiertan.

  • Cuando hablan por teléfono contestan con monosílabos, y te critican si tú hablas con alguna amiga porque dicen  que los teléfonos son solamente para cosas importantes, y no para chismes de mujeres.

  • Cuando juegan con los chicos, arman un desastre, peor que si invitaras a todos los compañeritos de tus hijos a festejar carnaval.

  • Cuando los hijos le piden permiso, contestan: “Habla con tu madre”.

  • Cuando se bañan, el baño queda inundado. Y talco… talco se echan hasta en los huevos y en el culo.

  • Cuando terminas de tender la cama, ellos vienen y se tiran encima y te la desbaratan toda.

  • Cuando viajan, no se ocupan de nada, ni de los pasaportes de los chicos, ni de traer los pasajes. Nada de nada que sea verdaderamente funcional y necesario.

  • Describen pésimamente a las personas, cuando tú les preguntas cómo era la persona, sólo alcanzan a decir: “Era un tipo flaco, gordo, medio moreno, medio grandote”.

  • El sexo quieren hacerlo ya de ya, no les gustan los preliminares, luego de o cual se duermen.

21 a 30...

  • En las carnes asadas (asado, en Argentina), se la viven pasando de copas, se emborrachan, toman de más, se ponen pedos y les da por brindar por cualquier estupidez, no importa qué día de la semana sea.

  • Ensucian la ropa peor que los chicos.

  • Eructan como cerdos.

  • Es imposible que pongan un rollo de papel higiénico en el baño.

  • Gastan fortunas en herramientas que jamás van a usar.

  • Hablan por teléfono tan fuerte, como si el otro tuviera que escucharlos sin necesidad del auricular.

  • Jamás se fijan si traen lodo o barro en los zapatos y te ensucian el piso que acabas de limpiar.

  • Jamás sirven la comida y esperan junto con los niños a que una les llene su plato.

  • La toalla... ¡jamás la cuelgan en el toallero!

  • Les encantan las mismas camisas o playeras (remeras, en Argentina), que aparte de sucias, destruidas, no hay forma de que se las puedas tirar.

31 a 40...

  • Los amigos de él deben ser siempre bienvenidos, aunque sean unos tarados insoportables.

  • Mojan la taza (tabla, en Argentina) del baño, por más que la madre se lo haya tratado de inculcar desde chiquito.

  • Necear a las mujeres diciéndoles que “están en su día”,

  • No atienden cuando les hablas.

  • No cierran los envases de nada, terminan de cenar; se van a dormir y dejan la mayonesa, la mostaza o la mermelada, todo fuera del refri (heladera, en Argentina).

  • No cortarse las uñas y/o traerlas sucias.

  • No planchan, mucho menos saben planchar.

  • No poder evitar mirar a una mujer que pase cerca de ellos, ya sea en el restaurante, en la calle, en el cine, en el club, cuando vas con él en el auto. En todas partes... ni pueden disimularlo. Pareciera que nunca hubieran visto a una mujer.

  • No reconocen nuestros logros, pero a ellos hay que aplaudirlos.

  • No registran ningún cambio en cosas de la casa o tu arreglo personal. Si pusiste cortinas nuevas, o cambiaste un mueble de lugar, ellos lo notan seis meses después. Y si te cambiaste el corte de pelo, se enteran a los mil años, cuando ya te creció de nuevo.

41 a 50...

  • No saben acomodar la ropa cuando viajan. Ellos sólo toman una maleta, una valija, meten todo arrugado, a como Dios les dé a entender y viven olvidando todo.

  • No saben bailar, ni les gusta. Son muy aguados para esto.

  • No saben cómo funciona ni la escoba ni el trapeador (trapo de piso, en Argentina).

  • No saben comprar ropa: ni para la esposa, ni para los hijos... ¡ni para ellos!

  • No saben hacer masajes, aunque a ellos les encanta que tú sí se los hagas. Y como seguramente están acostumbrados a ir con frecuencia a esos lugares donde hay chicas que dan ese “tipo de masajes” y “otras cosas”, tú eres una inepta.

  • No saben usar ningún aparato electrodoméstico: ni la lavadora el lavarropas, en Argentina), ni la aspiradora, ni la licuadora. ¡No saben hacer nada!

  • No tienen paciencia cuando te estás arreglando y te apuran porque no quieren llegar tarde, a donde quiera que sea.

  • Nunca recuerdan los nombres de tus amigas, primas o vecinas.

  • Ponen las patas (perón, los pies) sobre la mesa y se echan a dormir. ¡Son unos huevones!

  • Quieren tener sexo cuando se les da la gana o a cada rato.

51 a 60...

  • Roncan como focas.

  • Se creen que son los mejores en la cama, Brat Pitt es poco, al lado de ellos.

  • Se duermen apenas terminan de hacer el amor.

  • Se enloquecen si se les pierde un papel, les falta un tornillo, una herramienta, o eso que ellos aseguran tenían bien guardado y alguien se los sacó o se lo robó.

  • Se hurgan y limpian la nariz, se sacan los mocos o se limpian las orejas en público.

  • Se ponen talco en los pies y dejan medio bote (pote, en Argentina) desparramado en el piso.

  • Se rascan los huevos o le entrepierna delante de todo mundo y luego saludan con esa mano.

  • Se rascan la cola como si estuvieran limpiándose su alargada y peluda raja en el retrete.

  • Son muy mentirosos y no hablan con la verdad, sobre todo, mucho menos cuando te son infieles o andan con alguna otra mujer, a los que ellos llaman “una simple amiga”.

  • Si estás viendo una telenovela o una película romántica, empiezan a rebuznar y a criticar.

61 a 70...

  • Si salen a pasear, esperan sentaditos en el auto mientras tú te encargas de vestir a los chicos, preparas algo para llevar de comer en el camino, buscas algún suéter (pullover, en Argentina), que llevas por las dudas, si hace fío, y encima se enoja porque no entiende por qué tardas tanto en salir.

  • Si se enferman, se ponen de un genio que ni su santa madre los aguanta. Pareciera como si se fueran a morir y un simple resfrío es como si fuera una enfermedad terminal y les faltara uno o dos días para morir. ¡Sufren hasta de lo que no!

  • Si van contigo de compras (shopping, en Argentina), te amargan el paseo y no puedes ponerte a mirar aparadores (vidrieras, en Argentina).

  • Son bestias que no saben nunca cuando callarse, y te hacen pasar papelones con todo el mundo, culpándote a ti, enfrente de todos.

  • Son cabezas duras, siempre quieren tener razón.

  • Son exagerados con el dolor físico. Si tuvieran que parir, se volverían locos.

  • Son incapaces de recordar una fecha de celebración importante, con los años aprendes a recordarle cada aniversario.

  • Son mucho muy necios. Siempre quieren ponerse precisamente esa camisa que justo no planchaste.

  • Son muy, pero muy chismosos (chusmas, en Argentina), pero acusan de ese defecto a las mujeres.

  • Son una máquina de producir y emitir gases.

71 a 77...

  • Tener mal aliento o no cepillarse los dientes.

  • Todo lo que dice o hace tu madre, les parece mal, sea lo que sea.

  • Todos tienen mamitis (mameros, en Argentina): “a mamita no la toques, mamita cocina excelente, mi mamita sabe qué cosas me gustan, mi mami hace todo mejor que tú”.

  • Traer los pantalones caídos y/o los zapatos sucios o sin bolear o al vestirse ponerse cualquier ropa aunque no les combine. A ellos les da lo mismo.

  • Usan tu champú que compraste especialmente para tu tipo de cabello, y se ponen un montón.

  • Ven fútbol, ven fútbol, ven fútbol.

  • Vienen todos transpirados de jugar al fútbol, se descalzan, se ponen a tomar una cerveza, y no se hacen cargo de que despiden un olor insoportable.

 

 

 

 

 

 
 

 
 

 

 

Fuente: Estos 77 puntos que aquí refiero están tomados de apuntes varios, así como de cosas referidas por mujeres que he conocido

en diversos países, principalmente México, Argentina, Colombia, España, Chile, Francia, Alemania e Inglaterra. 

 


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