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¡Hasta que me cayó el veinte! *

 

 

 

 

Arturo Ortega Morán

 

Hay muchas cosas de las que no me acuerdo. Pero, de aquel ocho de abril de 2001, he guardado especial memoria. Aparte de que fue mi cumpleaños, en ese día, por vez primera escribí la historia de una expresión coloquial. No lo sabía, pero estaba naciendo lo que sería un proyecto que a punto está de completar su primer lustro. Aquella primera expresión fue: “¡ya me cayó el veinte!” que, en México, decimos cuando por fin logramos entender algo.

 

Este decir, me pareció bien para dar nombre a este proyecto, que ahora es columna periodística y sitio en la Internet en donde seguimos hablando de palabras y expresiones que, aunque en el papel parecen planas, en una dimensión que no se ve, ocultan deliciosas historias esperando a ser contadas.

 

“¡Ya me cayó el veinte!”, es expresión que tiene origen en la época en que, en México, los teléfonos públicos funcionaban con una moneda de veinte centavos “un veinte”.

 

Cuando se lograba la comunicación, la moneda caía en el recipiente del teléfono y entonces se decía: “ya cayó el veinte”. Si, por el contrario, la comunicación no se lograba, entonces se decía: “no cayó el veinte”. De este decir, los mexicanos hicimos metáfora y ahora lo usamos para referirnos a ese momento en que por fin se nos “prende el foco” y logramos entender algo.

 

No han faltado alabanzas a lo simpático y original de la expresión; así me lo han hecho saber algunos lectores de otros países. No obstante, el tiempo ha pasado y a fuerza de llevar años zambullido entre palabras, he sabido que no somos los mexicanos, los únicos a quienes una moneda hace “click” en el cerebro.

 

Resulta que, en Gran Bretaña, “the penny has dropped” (el penique ha caído) se usa para decir que, súbitamente, alguien ha entendido una situación. La expresión surgió por comparación con las viejas máquinas de ranura de la época victoriana, donde un juego funcionaría sólo cuando el penique (moneda inglesa) cayera.

 

¡Chale! ¡Igual que nuestro veinte! Pero, aún hay más. Resulta que, en Alemania, dicen: “Jetzt ist bei mir der groschen gefallen!”, que puede traducirse como “me cayó el groschen”; donde “groschen” es una vieja moneda alemana para también activar máquinas de ranura. Y sí, también se usa para decir “ya entendí”. ¡Otra vez nuestro veinte! Ahora en tierras teutonas.

 

Por si fuera poco, en hebreo existe la expresión “Nafal Ha-asimon” (cayó el asimón). Y qué creen... pues resulta que el “asimon”, era la moneda que en Israel ¡caía en los teléfonos públicos cuando se hacía una llamada! Y también, figurativamente, la expresión significa “ya”.

 

 

Música de fondo: “No tengo dinero”, tema original de Juan Gabriel.

 

 

Tomado del periódico: “El Porvenir”, domingo 8 de abril de 2006. Su autor: Arturo Ortega Morán (Matehuala, San Luís Potosí, 8 de abril de 1955), es un escritor mexicano que se ha especializado en la investigación del origen de palabras y expresiones del castellano.

 


 

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