Ven a mi mundo

 

  De aquí y allá     

 

 

El niño, el padre y los dragones *

 

 

 

 

Marco A. Almazán

 

Tumbado en el suelo, rodeado de cuentos y truculentas revistas infantiles, se halla el NIÑO. El PADRE entra en la sala-comedor con ese gesto de aflicción que tenemos todos los PADRES contemporáneos. Se dirige a la mesita donde descansa el teléfono. Y decimos descansa, porque la hija mayor salió hace unos momentos a comprar otro bidón de Coca-Cola y lo dejó tranquilo por breves instantes.
PADRE. Con esta maldita manía de que cada semana cambian los horarios de los aviones, ya no sabe uno a qué atenerse. Y tratar de comunicarse con la compañía de aviación resulta en realidad más tardado que el mismo vuelo.
(El PADRE toma el directorio telefónico, lo abre en las primeras páginas y va leyendo conforme recorre con el dedo índice las apretadas líneas, propias para vista de relojero).
PADRE. Vamos a ver... Aceves, Epifania Rodríguez viuda de, Acojinados Plásticos, Acondicionamiento de aire...
NIÑO. Papacito...
PADRE. Acosta, Acosta, Acosta... ¿Qué quieres, hijo?
NIÑO. Papito, ¿dónde hay dragones?
PADRE. Acosta, Acosta... Hay más Acostas que chinos... Aceros, aceros esmaltados... Los dragones no existen, Lalo... Acumuladores “El Chispazo”, Acuña González, doctor Federico.
NIÑO. Es que yo quiero cazar dragones.
PADRE. Achar, Selim Mustafá... Adams Mexican Curios... Te digo que los dragones no existen, niño. Adresógrafos, Adelita, zapatería.
NIÑO. Es que yo leí no sé dónde que no sé quién mató a un dragón con una lanza. O creo que fue de una pedrada.
PADRE. Adhesivos PRI, Administración de asilos... Son historias fantásticas, hijito, animales de leyenda nada más... Adoración Nocturna Mexicana, Adornos, Adrián, nevería...
NIÑO. ¿Y en China hay dragones?
PADRE. Aduana... Aduna, pasteurizadota... En China tampoco, Lalo. Te digo que los dragones no existen... Adventistas del Séptimo Día...
NIÑO. Pues yo los he visto dibujados en un jarrón en casa de abuelita. En ese que rompiste cuando eras chico.
PADRE. Yo no he roto dragones de chico ni de grande. Déjame, hijito. ¿No ves que estoy tratando de buscar un teléfono?
NIÑO. ¿Y para qué lo buscas si ya lo tienes en la mano?
PADRE (impaciente). Quiero decir un número de teléfono. A ver: Aerocombustibles, Aerocarga, Aero Hamburguesas de México... Caliente, caliente... NIÑO. ¿Y en África?
PADRE. ¿En África qué?
NIÑO. Que si en África hay dragones.
PADRE. 593 - 27 - 88... En África tampoco hay dragones, Lalo. No los hay en ninguna parte... África, digo, Afianzadora del Centro, Afinaciones Rodríguez, Afu... ¡Maldita sea, ya me pasé! ¿Ves, niño lo que sucede por interrumpirme?
(El PADRE recorre la página en reversa, es decir, des- liza el dedo de abajo a arriba sobre las líneas del directorio telefónico).
NIÑO. ¿Y en la luna no hay dragones?
PADRE. Tampoco en la luna hay ladrones, digo dragones... Aerofoto, Acrográfica...¡Aquí está! Aerolíneas de Chihuahua.
NIÑO. ¿Y en el fondo del mar?
PADRE. ¡Déjame en paz, criatura! Vas a hacer que pierda mi dragón, digo, mi avión... 583-23-79... (Marca el número) ¿Bueno? ¿Aerolíneas de Chihuahua?... Buenas tardes, señorita... ¿Podría usted decirme a qué hora sale el tren, quiero decir, el dragón, perdón, el avión de las nueve treinta para...? ¿Qué dice usted? ¿Que esa es una tlapalería?... ¡Huy, dispense usted!
NIÑO. ¿Y en el desierto?
PADRE. Ahí es donde quisiera yo pasar el resto de mi vida, como anacoreta. (Vuelve a marcar el número cuidadosamente)
NIÑO. Pues te apuesto que en las nubes sí hay dragones. Yo una vez vi uno.
PADRE. ¿Y por qué no te fuiste con él?... (Al teléfono) ¿Bueno?... Me lleva la...! ¡Otra vez la tlapalería!
NIÑO. Pregúntales si ahí tienen dragones.
PADRE. Si no te callas, te voy a dar con el teléfono... (Marca el número por tercera vez). ¿Bueno? ¡No! ¡No es posible, señorita! ¿Cuántos teléfonos tiene esa condenada tlapalería? ¿Qué? ¿Qué dice? (Furioso): ¡Eso lo tendrá usted, pinche gata liberada!
El NIÑO permanece callado mientras el PADRE vuelve a marcar siete veces seguidas el número. Siempre contesta ocupado. Por fin consigue comunicarse con Aerolíneas de Chihuahua. Mientras le dan la información que desea, que él trata de anotar precariamente en el margen del directorio telefónico, el NIÑO lo jala de la manga.
NIÑO. Papito, ¿y los centauros? ¿Dónde hay centauros?

 

 

Música de fondo: “Puff the Magic Dragon”, tema de Peter, Paul and Mary, grupo norteamericano.

 

 

Fuente: Marco A. Almazán, escritor y diplomático mexicano 1922 - 1991. Humorista de sátira fina y aguda.

     Columnista del periódico “Excélsior”, de la Ciudad de México y de “El Porvenir” de la ciudad de Monterrey, N.L.

     Tomado del libro “Pitos y Flautas”.

 

 


 

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