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El Caballo de Troya -La historia- *

 

 

 

Federico Ortíz Moreno

 

Cuenta la historia que la ciudad de Troya había sido asediada durante diez largos años, pero los atacantes griegos, encabezados por Agamenón, Ulises y otros no habían podido aún lograr salvar los muros de la ciudad. El mayor de los griegos, Aquiles, había caído en la batalla, muerto por una flecha que atravesó su talón. Ulises, viendo la situación, vio que la ciudad jamás podía ser tomada la fuerza, por lo que hacía falta algo mejor…

 

Los griegos construyeron un enorme caballo de madera y se alojaron en el interior con sus mejores guerreros. La figura del caballo era simbólica. Se trataba de uno de los símbolos de Atenea, diosa de la guerra que había apoyado a los griegos en su acoso a Troya. Además, en algunas leyendas la figura del caballo era sagrada para los troyanos. Una vez que se acabó de construir el caballo y los guerreros griegos se escondieron dentro, el resto de los griegos simulaban que navegaban bien lejos, hasta Grecia, renunciando a la guerra, cuando en realidad a donde se dirigían era a la cercana isla de Tenedos a ocultarse y esperar acontecimientos.

 

Los troyanos no sabían muy bien qué hacer con el caballo. Algunos sospechaban algo, sobre todo porque conocían perfectamente la astucia de Ulises. Laocoon (Laocoonte), sumo sacerdote de Poseidón (o de Apolo según otros textos históricos), era uno de los hombres que no se fiaban nada del animal. No se cansó de advertir que no podían confiarse de los griegos, aun siendo un regalo como era. Incluso lanzó su lanza sobre el caballo, quedando clavada en la madera.

 

Según las versiones posteriores de la leyenda, fue en este momento cuando los troyanos capturaron a un joven llamado Sinon, quien había ayudado a los griegos. Cuando le preguntaron sobre el caballo, les dijo que los griegos pensaban que Atenea les había abandonado y que por eso habían construido el caballo para intentar apaciguarse con ella.

 

Los troyanos pudieron ver una prueba más del enfado de Atenea con los griegos. La diosa envió dos grandes serpientes marinas a la ciudad, donde Laocoonte estaba sacrificando un toro al dios Poseidón. Las serpientes devoraron primero a sus dos hijos, y luego más tarde al propio Laocoonte. Los troyanos creyeron que aquello fue en represalia por haberle arrojado la lanza a su caballo así que decidieron tomar el caballo dentro de sus murallas, con el fin de apaciguarse con la diosa.

 

Con el caballo ya dentro de las murallas de Troya, el ejército griego regresó de Tenedos por la noche sin ser visto. Cuando toda Troya dormía, Sinon liberó a los soldados que estaban en el interior del caballo, y así se inició la destrucción de la ciudad. Los soldados abrieron las puertas a sus compañeros, y Troya cayó esa misma noche en manos griegas.

 

Como ya se sabe, el caballo de Troya consistió en un artilugio en forma de enorme caballo de madera que se menciona en la historia de la Guerra de Troya y que fue usado por los griegos como una estrategia para introducirse en la ciudad fortificada de Troya. Tomado por los troyanos como un signo de su victoria, el caballo fue llevado dentro de las murallas, sin saber que en su interior se ocultaban varios soldados enemigos.

 

Durante la noche, los guerreros salieron del caballo, mataron a los centinelas y abrieron las puertas de la ciudad para permitir la entrada del ejército griego, lo que provocó la caída definitiva de Troya. La fuente más antigua que menciona el caballo de Troya, aunque de manera breve, es la Odisea de Homero. Posteriormente otros autores ofrecieron relatos más amplios del mito, entre los que destaca la narración que recoge la Eneida de Virgilio.

 

Por lo general, el caballo de Troya es considerado una creación mítica, pero también se ha debatido si realmente pudiera haber existido y fuera una máquina de guerra transfigurada por la fantasía de los cronistas. De cualquier manera, demostró ser un fértil motivo tanto literario como artístico, y desde la Antigüedad ha sido reproducido en innumerables poemas, novelas, pinturas, esculturas, monumentos, películas y otros medios, incluidos dibujos animados y juguetes.

 

Asimismo, en épocas recientes, se han hecho varias reconstrucciones hipotéticas del caballo. Aunado a ello, ha dado origen a dos expresiones idiomáticas: «caballo de Troya»; es decir, un engaño destructivo, y «presente griego»; algo concebido como aparentemente agradable pero que trae consigo graves consecuencias.

 

 

Música de fondo: “1492: La Conquista del Paraíso”, tema de la película del mismo nombre,

una película épica del año 1992, en conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América.

 

 

 

 La fuente más antigua que menciona el caballo de Troya,  es la “Odisea” de Homero.

Posteriormente otros autores ofrecieron relatos  más amplios del mito,

entre los que destaca la narración que recoge la Eneida de Virgilio.

 

  

Tomado de apuntes varios..

 


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